Es una localidad de una belleza inigualable. Como por arte de magia saliendo de Ruta Nacional N°3 e ingresando a la Ruta 72 camino a Reta, grandes extensiones de campos sembrados con trigo, maíz, cebada entre otros hacen del lugar un paisaje agreste, pacífico y con una amplia biodiversidad.
Ya casi llegando, un gran Arco se convierte en un portal que te transporta a una experiencia natural.
Las aguas del Mar Atlántico bañan las extensas playas y una gran cadena de médanos coronados con tamariscos marcan el límite del pueblo con el mar.
Las caminatas por el pueblo estimulan los sentidos del espectador: eucaliptus colorados y blancos, coníferas, álamos, cortaderas, flores silvestres, una gran variedad de avifauna y fauna local, acompañan al compás las pisadas por las calles de tosca y arena.
El mayor porcentaje de turistas que nos visitan son del segmento sol y playa. Pero en los últimos años, arriban durante el año excursionistas y turistas afines al turismo de aventura y naturaleza. Donde las cuatro estaciones nos ofrecen diferentes paisajes y actividades.
Posee una población estable de menos de mil habitantes, que viven en su gran mayoría de la actividad turística.